todos tienen derechos

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Todos los niños tienen el derecho a la educación.

jueves, 20 de enero de 2011

SAKÍ EL NIÑO QUE QUERIA SABER PARA QUE SERVÍA

En un pueblo del norte vivía Sakí que era un chico alegre, gracioso, listo y muy simpático. Nadie recordaba haberle visto enfadado, daba igual lo que le dijeran, nunca intentaba ofender a nadie. Los profesores se sorprendían del comportamiento que Sakí tenía.
Sakí solo se preocupaba en intentar dar respuesta a una pregunta que rondaba su cabeza.
 Una tarde, el niño, invitó a merendar a Don Miky, su profesor favorito, porque le quería decir algo.
                -Llevo mucho tiempo queriendo saber para qué sirven los niños y no encuentro un duende que me pueda responder.
El profesor, guardó silencio y quedó asombrado debido a la curiosidad que el niño tenía, aun así al rato dijo:
                -No puedo decirte para todo lo que los niños sirven, porque sirven para todo aquello que podamos imaginar. Los niños son, entre otras muchas cosas, la felicidad, la alegría, el amor, el ánimo… sino hubiera niños las gominolas se quedarían sin ser queridas, los parques se quedarían sin amigos y los colegios no tendrían a quien enseñar, los papás no tendrían algo que compartir, querer, educar…
Sakí después de oír a su profesor se levantó de la silla y cogió una planta que había cerca de la ventana, y dijo:
                -Pero…a una planta también se le puede querer, cuidar,  hacer crecer; puede dar alegría, compañía…
El profesor elevó una leve sonrisa y poniéndose de pie dijo: una planta no anda, no habla, no da besos ni abrazos, ni ríe ni llora...
Sin dejar acabar al profesor Sakí fue a buscar a Perraf, su perrito, y dijo:
                -Esto puede dar felicidad, alegría, besos, reír y llorar, ver crecer…
                -¿Sabes Sakí?... un animal o una planta no puede razonar como lo haces tú o puede hacer otro niño, por lo que una planta no haría preguntas, y las preguntas es lo que nos hace aprender, pensar, razonar…
Sakí después de oír esto quedó satisfecho y el profesor quedó sorprendido de las preguntas que pueden llegar hacer los niños y además tuvo durante mucho tiempo un tema en el que pensar, y es que… ¡¡trabajar con niños es estar en un examen continuo!!
Iván Álvarez Garrido

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